Estoy probando al insomnio
Lo degusto con el temblor en mis labios
Y nadie sabe por que…
Incluso ni yo misma lo deduzco
Sabe a eucalipto, es frío como diciembre
Y es un poco hueco y atarantado
Me hincha los ojos y un poco los labios
Y sin embargo lo sigo tomando entre mis manos…
Y bebo de él… me lo unto en cada poro…
Y construyo razones para seguir de pie
Que también tiemblan, vibran
Veo a la sábana de la noche, la niebla
Y tengo en el centro de mi rostro un número rojo
Que de pronto cambia a negro y de pronto es bicolor
Y cuento las horas que pudiera dormir
Para despertar con energía… y es el número del infinito…
Y me dan las 6:00 de la mañana….
Y solo dormiré quizá dos horas, tres
Mientras el gigantesco insomnio me arrastra a abrir los ojos
Y yo golpeteo mi cuerpo cansado contra mi misma…
En este colapsado momento están esos olores
Y la noche presurosa de cuerpos sembrados en las nubes
y las ganas de que se forme raíz se acrecienta
y broten flores, fruto de seda de una piel nueva.
Despierta, me grita…
Y me aplaude y yo me inquieto
Entre las sombras me resguardo
Y ahí esta mi cuerpo, vestido aún… con la seda que no es mía.
Mi piel no duerme
Ni mis pies, ni mis labios
Mis manos están mas vivas que nunca
Y no hay sonido, esta muda la noche y muda yo...
G.F.N.
Anig haraf
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