domingo, 4 de noviembre de 2007

Un ultimo Adios



Ya se escurrieron mis mieles…
Sobre la suave piel que ha llorado.
Hablé de mi madre…
De su manifestación maravillosa que dota a esta tierra de mas vida…

Ya callé mis corajes,
Hasta refundirlos en el abismo envuelto de hiedra
Canté… de gozo y de tristeza
Y probé de mis labios la ausencia

Y leí en las paredes de estas calles citadinas un par de versos…
como ese que dice que: “dormiré en tu memoria”
Mismo que mi madre no conseguía descifrar su contenido simbólico…
Dormirá la dama anciana en mis memorias…esa fémina amante del abrazo y el beso…

Que ahora ya estaciona su voz en el descanso.
Y no hay oprobio en sentir paz aun al verla pálida
No hay ignominia en el deguste placentero de la lluvia del llanto
Así como no hay sombra suficiente que cobije a los que la extrañaran tersamente

y con el panteón de hogar… y un montón de tumbas vecinas…
flores… y mas flores… insuficientes para tal evento irrepetible e inolvidable
y sellando nuestra comunicación atravesando la frontera de lo real y lo tangible..
crea quien quiera creer…

su manita ahora invisible presiono el botón blanco… con enchufe desconectado
mismo botón que gritaba por atención…
y la invaluable presencia sacudió el escepticismo
que radicaba por cada poro de mi vida…

pude escuchar claramente que decía: ya estoy aquí…
en el hogar donde la muerte yace a gusto…
con la familia que abrazo con deleite y gozó las horas enteras
de esta anciana que vive ahora en el aire…

ella dijo…ESTOY AQUÍ…tal vez GRACIAS.
Que importa lo que dijo… solo enfoco mi mirada en la suya…
justo al terminar el ultimo ding dong….del ultimo aliento
de un ultimo ADIOS.


(Bendito y grande es Dios que me concede incontables momentos de dicha...

que fabrican hermosas memorias e inumerables deseos por los abrazos y nexos mas estrechos que abarquen hasta el final del pasillo a la muerte)



Con profundo amor pora mi Abuela Arminda Treviño López .

G.F.N.

Anig Haraf

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